La Paz, capital de los científicos marinos desempleados

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FOTO: Marián Camacho.

SudcaliCiencia

Por Marián Camacho

 

La Paz, Baja California Sur (BCS). Si usted es sudcaliforniano, y vive cerca del mar, seguramente conoce a algún especialista en ciencias marinas (biólogos, oceanógrafos/oceanólogos, ingenieros acuícolas y pesqueros, geólogos y un largo etcétera). Esto equivaldría, al menos en teoría, a una gran ventaja para una sociedad que vive en una casi-isla y está rodeada de profesionales científicos especializados en el mar.

Esperaríamos tener a los ciudadanos mejor informados de México acerca de lo que ocurre con el océano que los rodea. Esperaríamos que, dado que tenemos vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos que han dedicado sus vidas enteras a la ciencia, los sudcalifornianos podríamos tomar decisiones basadas en los criterios científicos que comparten con nosotros estas personas que vemos a diario. Esperaríamos que tuviéramos pesquerías sustentablemente manejadas y un éxito sin precedente en la acuacultura. Esperaríamos muchas cosas, cierto. Sin embargo, la cuestión es ¿por qué no sucede así para la sociedad sudcaliforniana? Para intentar reflexionar sobre las posibles respuestas a esta pregunta tan compleja, es necesario poner “bajo el microscopio” los diferentes hechos que nos han llevado hasta nuestro presente.

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Para empezar, ¿de dónde “salieron” tantos científicos marinos en Baja California Sur? Bueno, pues en nuestro Estado, los científicos marinos se forman académicamente en tres grandes centros educativos y de investigación:

1: Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). Se ofrecen las licenciaturas de Biología Marina, Ciencias Ambientales, Bio-Ingenieria en Acuacultura, Ingeniería en Pesquerías; y los posgrados (Maestría y Doctorado) en Ciencias Marinas y Costeras.

2: Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR). En sus inicios, esta escuela del Instituto Politécnico Nacional (IPN), también ofrecía la carrera de Biología Marina, sin embargo, después de un tiempo y hasta la fecha, han decidido enfocarse en los posgrados.

3: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). Este centro depende directamente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y oferta posgrados en ciencias marinas y terrestres.

Científicos que comieron ciruelas del Mogote

Una de las situaciones más interesantes, en este proceso de formación académica, es que la mayoría de los estudiantes, de estos tres “semilleros” de científicos, no son locales. Vienen personas de todo México, principalmente del centro y sur del país, y también de diversos países del mundo. Y particularmente extraordinario es que un alto porcentaje el de las personas que llegaron a estudiar a La Paz, y no se quieren ir de aquí. Es decir, no desean volver a sus lugares de origen y han decidido establecerse permanentemente en Baja California Sur (principalmente en su hermosa capital).

Es perfectamente comprensible esta situación, porque: 1: tenemos un gran y maravilloso entorno natural para aplicar los conocimientos adquiridos, ya que BCS es el Estado con la mayor línea de costa del país (2,131 km, 19.2% del total nacional); 2: La Paz es una ciudad en crecimiento que ofrece grandes áreas de oportunidad, para quien las sepa aprovechar; 3: ofrece un nivel socioeconómico más alto que una gran parte del país, y… 4: dejo este espacio para que usted, querido lector, se sienta en la libertad de reflexionar en todas las posibles razones por las cuales los científicos que “comieron ciruelas del Mogote” no quieren dejar esta encantadora tierra rodeada de mar.

“¿Ya te vas a poner a trabajar?”

La formación de un científico requiere un largo tiempo de especialización. De manera general, la tendencia actual es la siguiente: 1: una licenciatura de 4-5 años de duración; 2: estudios de posgrado, donde una maestría dura 2 años aproximadamente, y un doctorado entre 4-5 años, y finalmente; 3: el posdoctorado, el cual puede llevarse a cabo en diversas ocasiones, con periodos que ocupan 1 ó 2 años. Esto equivale a estudiar, aproximadamente, entre 11 y 15 años (generalmente con apoyo económico de familia o becas gubernamentales) para tener las “herramientas necesarias” y desarrollarse como especialista de algún área del conocimiento científico.

FOTO: Georgina Barrera.

Tomemos en cuenta, que la suma anterior, es sólo en los casos donde los estudios se llevan a cabo de manera continua, es decir, sin dejar de estudiar en ningún momento. Así, una persona que empieza a estudiar la universidad a los 18 años, será un científico con una educación altamente especializada cuando alcance entre 29 y 33 años. Sin embargo, las cuentas cambian cuando los individuos toman “descansos” o se incorporan a las filas laborales temporalmente antes de continuar los diversos niveles de estudios de posgrado. Resultando en científicos que terminan su especialización incluso después de los 40 años.

En cualquiera de los casos, los científicos en preparación, llegarán a escuchar (de parte de familiares y amigos) la clásica y repetitiva pregunta: “y tú, ¿cuándo vas a trabajar?”. Este cuestionamiento deriva del desconocimiento y falta de apropiación del valor y utilidad de la ciencia en nuestra sociedad mexicana, así como de la idea paradigmática que “es necesario incorporarse a un empleo definitivo lo antes posible”, o por lo menos, a “un trabajo de verdad” (como si la investigación científica no fuera considerada una actividad desafiante y bien remunerada).

La realidad laboral

FOTO: Marián Camacho.

En La Paz, BCS (al igual que en muchos lugares de México), la demanda laboral por parte de los cientos de egresados de los tres centros educativos y de investigación (y otros científicos migrantes) rebasa la oferta de los posibles empleadores de los científicos especialistas en áreas marinas. En esta situación se presenta dos consecuencias desalentadoras:

1: Los científicos deben dedicarse a realizar actividades científicas o educativas que no están relacionadas a su área de especialidad (por ejemplo, dar clases en escuelas públicas y privadas). Así tenemos a Doctores especialistas en química marina como docentes en las sesiones de laboratorio de una clase de niños de preescolar. Esto en el mejor de los casos, porque hay casos en los que los científicos laboran en empresas que no tienen relación alguna con las ciencias. Cabe aclarar que esto no tiene una connotación desdeñosa hacia ninguna condición laboral en particular, sin embargo, NO son las actividades para las que los científicos fueron tan largamente preparados.

2: La falta de espacios adecuados, para que los científicos desarrollen sus conocimientos, ocasiona un desaprovechamiento sustancial de talento y capacidades que pudieran resultar en la resolución de problemas con impacto ambiental y social. Recordemos que, en general, cuando las personas presentan seguridad laboral, buena remuneración y actividades acordes a sus capacidades y preferencias, generan resultados de gran calidad. Por lo tanto, el hecho que La Paz cuente con tantos científicos especialistas desempleados o empleados incorrectamente, es un despilfarro que nos está costando muy caro. Imaginemos todas las ideas y proyectos que pudieran llevarse a cabo si los científicos aplicaran todo lo que saben hacer en beneficio de nuestro Estado, y del propio México.

Dos científicos piensan mejor que uno

Como una forma de afrontar el panorama laboral actual, los científicos en La Paz han decidido organizarse en una comunidad que pueda brindar nuevas alternativas participativas acordes a sus necesidades particulares. Así nace la Asociación de Científicos del Mar (ASCIMAR), la cual basa sus actividades en dos grandes objetivos:

1: Enlazar a sus científicos afiliados con las instituciones públicas y privadas que requieran de sus servicios. Esto lo logran a través de recomendaciones formales a las instituciones sobre los perfiles de sus afiliados que cumplen con los requerimientos de puestos vacantes.

2: Facilitar la elaboración y ejecución de proyectos científicos de sus afiliados. Esto genera autoempleo y la puesta en marcha de las ideas de sus afiliados, por medio de la obtención de financiamiento de diversas fuentes externas.La ASCIMAR pretende cambiar el paradigma en que los científicos deben tocar muchas puertas institucionales o esperar pacientemente por una llamada telefónica o un correo electrónico para conseguir estabilidad laboral y aplicar sus conocimientos. Además, apoya el enlace laboral entre instituciones y científicos, pero apuesta como prioridad en el desarrollo de los proyectos científicos que se generan en las mentes científicas de sus afiliados.

La ASCIMAR pretende cambiar el título de este artículo La Paz: capital de los científicos marinos desempleados por La Paz: capital del conocimiento marino. Para conocer más acerca de la ASCIMAR y su proceso de afiliación, se recomienda visitar su sitio web oficial www.ascimar.com.

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Marián Camacho

Bióloga marina y comunicadora pública de la ciencia. Nació en la Ciudad de México, el 23 de noviembre de 1984, pero desde los tres años de edad radica en Baja California Sur, por lo que se autodenomina “choyera”. Licenciada en Biología Marina por la UABCS en 2006, Maestra y Doctora en Ciencias por el CICIMAR-IPN en 2009 y 2014. Es considerada persona muy preguntona y que siempre muestra interés por el mundo que le rodea. Su pasión es la investigación científica y su debilidad es compartir los resultados de la misma.

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