El Faro Viejo de Cabo Falso. La luz de la región más austral de la Antigua California

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FOTOS: Internet.

Tierra Incógnita

Por Sealtiel Enciso Pérez

 

La Paz, Baja California Sur (BCS).  En el siglo XVI, con el retorno de los barcos mercantes españoles que viajaban hasta Filipinas para adquirir especias, oro, marfil, plata, sedas y demás artículos suntuosos, pasaban delineando las costas de nuestras tierras bañadas por el océano Pacífico. Dada la importancia económica que estos galeones y su preciada carga representaban para el imperio se decide establecer cerca del sitio llamado Cabo de San Lucas una señalización, en ese entonces hogueras alimentadas por leños de mezquite, que indicara dónde debían dar vuelta los barcos para dirigirse hacia San Bernabé —hoy San José del Cabo— a reabastecerse  de agua y alimentos. Ese fue el antecedente más antiguo del sitio conocido hoy como Cabo Falso.

Con el transcurrir del tiempo y el incremento de los viajes que realizaban los barcos que hacían las rutas desde los puertos de San Francisco, San Diego, Monterrey en Estados Unidos hasta las costas mexicanas del interior del Golfo de California, así como San Blás, Manzanillo, Acapulco,etcétera, es que a finales del siglo XIX se decide construir un potente faro que ofreciera un punto de referencia y prevención para aquellos transportes marítimos. Algunos autores sostienen que la verdadera razón del establecimiento de un faro en este sitio era para confirmar la pertenencia a la República Mexicana de las tierras de la península de California, ante el incesante embate del gobierno estadounidense por apropiarse de ellas.

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En el año de 1886, durante el gobierno del general  Porfirio Díaz, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, envía al ingeniero español Joaquín Palacios Gómez para que determine el sitio idóneo para construir este faro. Debido a que  la maquinaria debía ser mantenida en funcionamiento de forma permanente exigía que el farero u operario viviera en el lugar, motivo por el cual se buscó un terreno en donde hubiera un manantial de agua que surtiera del vital líquido a quien decidiera vivir y trabajar en este lugar. Una vez encontrado ese “ojo de agua”, se procedió a buscar un sitio cercano a él donde pudiera construirse el faro. Determinado el espacio en el Cerro del Vigía, se adquirieron 17 hectáreas, que en ese entonces eran propiedad de los señores Manuel Güereña y Laiza Ritchie de Flores, para tener espacio más que suficiente para la operación de este equipo.

Para iniciar la construcción del faro, el ingeniero Palacios tuvo que trasladarse a residir en el pueblo de Cabo de San Lucas, junto con su esposa Petra Magro y sus hijos Joaquín y Roberto. Los materiales necesarios para construir el inmueble tuvieron que ser traídos en barco hacia el poblado y posteriormente se construyó una vía férrea sobre la que se transportaron hacia el sitio donde finalmente se construiría el faro. Este proceso tardó 2 años. En 1904 dieron inicio las obras de construcción. El señor Gabriel Fonseca narra en su página web los siguientes datos de la construcción del faro: “Así mismo, dada la importancia de la subsistencia humana en un sitio alejado, el techo se diseñó como un colector pluvial y se construyeron bajo el faro dos cisternas para almacenar agua. Otro dato sobresaliente fue que cuando se terminó de acarrear todo el material de la obra, gran parte de los rieles se utilizaron para realizar una estructura para la base de los cimientos del edificio. La exigencia era grande, esta construcción fue la primera inversión importante que hizo el gobierno federal en la historia para el territorio de Baja California, en ese entonces. Además, todo el mecanismo y las luminarias del faro eran lo más moderno de la época y provenientes de Europa. Las piezas de funcionamiento se presentaron en una exposición universal que se realizó en París, Francia en 1900. Este mecanismo duró en funcionamiento más de 100 años.”

Finalmente el día 5 de mayo de 1905 fue inaugurado el Faro, siendo una obra de portento e ingeniería inusitada para esas fechas en la California del Sur. Contaba con una torre de diez metros de altura donde se instaló un destellador giratorio de luz blanca de una frecuencia de 4 segundos con alcance de 10 millas náuticas, energizado con gas de petróleo. Para su mecanismo se ordenó la fabricación a Barbier, Francia, de tres prismas de cristal de roca (cuarzo) tallados pieza por pieza por artesanos, dándole a la lente una forma circular-cóncava, unidos los rectángulos entre sí.

Algunos de los fareros que trabajaron en el lugar fueron: Rafael Tomás Sandoval Mantecón, Agustín Payén Salazar, Marcos Payen Sandoval, Miguel Ángel Herrera Morales, Néstor Herrera. El faro se mantuvo en funcionamiento ininterrumpido hasta el año de 1965 en que un huracán de gran magnitud destrozó su mecanismo. El gobierno determinó construir un faro más moderno y que tuviera un funcionamiento autónomo, esto es, sin necesidad de intervención de la mano del hombre. Este nuevo faro se construyó en un cerro que se encontraba a espaldas de donde estaba el anterior faro, en el cerro del Rodadero, un poco más elevado. Desde esas fechas los habitantes de Cabo San Lucas empezaron a nombrarlo faro viejo para distinguirlo del que lo había venido a sustituir.

Con el paso del tiempo este hermoso edificio empezó a deteriorarse, víctima de la erosión de los elementos naturales y al abandono en que se dejó. Se sabe que el empresario hotelero Ernesto Coppel Kelly, propietario del complejo turístico Pueblo Bonito, adquirió al ejido Cabo San Lucas las tierras que circundan el Faro Viejo y que ha restringido el libre acceso a este sitio. Esta magnífica construcción fue restaurada en los 90´s y se ofrecen visitas guiadas al área, a cargo de la asociación civil “Yenekamú”.

Como podemos darnos cuenta, la tierra de la California del Sur ofrece magia y nostalgia de hermosos tiempos idos a quien tenga la paciencia y motivación por encontrarlos. El faro Viejo de Cabo Falso, un coloso de 113 años, es un sitio que todo mexicano debiera de conocer, un vestigio de la prosperidad de estas tierras y de la pertenencia de la misma a la Nación Mexicana.

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Sealtiel Enciso Pérez

Profesor de Educación Primaria, Licenciado en Educación Especial y Maestro en Ciencias de la Educación. Labora en la Secretaría de Educación Pública y comparte su tiempo con su pasión por la historia de la California del Sur. Administra el grupo de Facebook “Conociendo Baja California Sur”. Nació el 22 de septiembre de 1969 en Puerto Vallarta, Jalisco, pero radica en Sudcalifornia desde hace 44 años. Actualmente es Director de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular No. 17 y Maestro de Comunicación del Centro de Atención Múltiple “Gilberto Vega Martínez” en La Paz. Escribió la antología (Ebook) “Piratas, Corsarios y Filibusteros en la Antigua California”.

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