Cruda electorera

19-Jul-2018
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FOTO: Internet.

Colaboración Especial

Por Xire Gal

 

Cabo San Lucas, Baja California Sur (BCS). El alcohol todo lo puede, todo. Hace un mes me dio el poder de hablar de política. Vaya estupidez la mía. Pese a ello, no dejo de creer en lo beneficioso que resulta en muchos casos, incluso cuando sus efectos han desaparecido. Esa segunda fase que a nadie agrada, cuando se presentan las secuelas de la extrema deshidratación: la famosa cruda o, si lo prefiere, resaca. Esa fase bien podría llamarse “consciencia filosófica”. He escuchado que le llaman cruda moral, pero ese termino no comprende los alcances reflexivos del periodo reflexivo de la cruda, en el que uno va más allá de la moralidad. El crudo se cuestiona por todo (esencia misma de la Filosofía) y trata metódicamente de responder a sus preguntas, siendo critico y autocritico.

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En tal estado me encontraba al otro día del primero de julio pasado. Tumbado en la cama, con una fuerte resaca electorera. De pronto, vino a mi mente un capítulo de la serie anima South Park. Usted lector(a) ¿se sienta a ver caricaturas animadas? Si no lo hace, le recomiendo que lo haga, resultan ser bastantes reveladoras. Todas las caricaturas animadas, las infantiles y las de clasificación para adultos.

El capítulo del que les hablo se titula, en la traducción latinoamericana, “Sobre la noche anterior”. Con facilidad se puede encontrar en el Internet (¿o es la Internet? Lo he escuchado y leído de las dos formas).

Va una breve sinopsis: al iniciar, aparece la imagen de Randy Marsh, que en la serie es el padre de uno de los niños protagonistas de nombre Stan, tomando una cerveza junto a sus vecinos y amigos, en el televisor aparece Obama dando un discurso en el que se declara vencedor de las elecciones sobre su rival, el senador McCain. Inmediatamente después de terminado el discurso el júbilo no se hace esperar, y Randy y compañía salen a festejar a la calle. Motivados por el triunfo de su candidato inician a proferir insultos hacia la casa de otros vecinos, en el que se encontraban quienes apoyaban a McCain que le miran en el televisor dando su discurso en el que se declara vencido. El terror los invade.

La celebración sigue, entre alcohol y música, el señor Randy no deja de mofarse y de repetir que ahora las cosas van a ser diferentes. Mientras que los del otro bando, se lamentan y repiten que el país será llevado a la ruina. (¿Esto le parece familiar querido(a) lector(a)?). Como historia alterna, resulta que todo fue un plan de ambos candidatos, que en realidad son los cabecillas de una banda de ladrones, y que para su próximo golpe necesitan tener acceso a la celebre oficina oval.

No quisiera arruinarle el capítulo a quien no lo ha visto con tantos spoilers, por lo que prefiero no decir más, sin embargo se hace necesario para concluir hablar del final. En verdad les recomiendo que lo vean y lo analicen.

Continúo y casi cierro. El grupo que apoyaba a McCain se encierran en una cueva, que al parecer es una especie de arca. Al otro día abren la cortina metálica que los mantenía protegidos al interior de la cueva, sólo para descubrir que todo sigue igual, se dicen entre ellos que quizás Obama puede hacer las cosas bien. En el otro extremo, el grupo que apoyaba a Obama sufre la consecuencias de su alocada celebración, entre ellos Randy Marsh que despierta sin pantalones y con la noticia de que le han despedido. Iracundo, le reclama a Obama por haberle mentido diciendo que las cosas serían diferentes.

Creo que el 2 de julio la mayoría de los que no apoyábamos al candidato que resultó ganador nos pasó como a ese grupo que se encerró en la cueva. Me preocupa que muchos de los que sí apoyaron al vencedor sigan en esa celebración en la que impera la burla y el insulto y que por desgracia encuentran respuesta de la otra parte, la que no apoyó al vencedor. Las redes sociales son el campo de batalla que registra mayor enfrentamiento.

Me pregunto, a esos que siguen en la borrachera ¿cuándo les llegará la necesaria cruda electorera?

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Xire Gal

Nacido en Michoacán, pero de sangre y cultura guerrerense. Licenciado en Psicología, con estudios de posgrado en Educación. Profesor universitario del área de Humanidades, impartiendo materias de Filosofía, Lógica, Psicopatología, Psicodiagnóstico, Psicología Educativa y Pedagogía, entre otras. Lector omnívoro, y a consecuencia de este placer por la lectura, se arriesga a escribir.
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