‘Tenesí Ríver’, la nueva novela de Raúl Carrillo Arciniega

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El librero

Por Ramón Cuéllar Márquez

La Paz, Baja California Sur (BCS). La condición humana es algo que resulta difícil de entender y de sobrellevar porque en ella está implícita nuestra supervivencia y las relaciones interpersonales. No hay nada más escabroso que madurar en una relación de cualquier índole y que al final salgamos victoriosos o al menos un poco más maduros. A veces uno piensa que la realidad es como uno la vive y la percibe, que desde ahí podemos aplicar el mismo rasero al resto del mundo. El problema comienza cuando nos damos cuenta de que nuestra idea de colectividad es una pura ilusión que proviene de nuestra necesidad de sentirnos seguros, de que el otro, lo otro (la otredad) es un delirio modélico que nos hace sentir una llana satisfacción por nosotros mismos, sin pensar en la existencia de los demás. Tal cosa se llama egoísmo, un sentimiento, actitud, bastante pueril que nunca se desarrolló, pero que asentó sus designios en la inmadurez, en la incapacidad de relacionarse con los demás. A todos nos dicen que hay que madurar, pero la mayoría oscilamos entre lo uno y lo otro, mientras que algunos de plano ni siquiera se dan por enterado de que existe ese paso hacia una humanidad diferente y posibilitada para ejercer la convivencia sana y nutricia.

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¿Por qué menciono todo esto? Recientemente estuvo por estas tierras áridas el poeta y narrador sudcaliforniano Raúl Carrillo Arciniega, con quien tuve oportunidad de charlar en una entrevista grabada para Radio UABCS y que saldrá al aire en el mes de agosto. Platicamos de todo, en especial de ese viaje extraordinario que inició hace más de quince años a Estados Unidos, donde estudió su doctorado en literatura. Y, bueno, tocamos el tema de su más reciente novela, Tenesí Ríver (Premio Estatal de Novela Ciudad de La Paz 2015) cuyo ejemplar me había sido facilitado por el equipo de Fomento Editorial del ISC, a quienes agradezco siempre la amabilidad y su colaboración con el programa Letras Vivas, la voz de los escritores sudcalifornianos. Durante la entrevista Raúl nos contó todo el proceso de adaptación y los avatares sufridos en ese lapso, con una pasión que nos invita a leerlo y a seguir sus libros.

Pues, bien, al leer Tenesí Ríver, uno constata que las odiseas no son meros trucos literarios ni cuestiones que pertenecen al mundo de la cultura antigua. Raúl Carrillo Arciniega nos va narrando las desventuras, desencuentros y desencantos de un escenario que imaginó de un modo y que al final resultó otra cosa. Es la historia en primera persona de un personaje que decide por cuestiones extraordinarias emprender un viaje se superación de obstáculos que le permitiera seguir con su vida y con su familia. Y como Ulises que deja a su Penélope, Santiago Silva va en busca de un nuevo mundo que ya estaba predicho desde las películas hollywoodenses, pero que al confrontar la realidad se ve envuelto en una dinámica que le irá transformando su visión y su condición de mexicanidad. Una historia a ratos parecido a una confesión y a ratos un corolario del emigrante mexicano.

Hay que decirlo, es un relato que nos lleva de la mano por los intrincados modos de convivencia que tienen los estadounidenses al sur de su país, donde el racismo, el clasismo, la discriminación del habla y el fanatismo religioso son el pan con que se alimentan en la mayoría de los núcleos humanos llamados blancos. Fuera del entorno de un angloparlante sajón no hay nada, sólo están ellos y nada más, situación que refleja lo que decíamos al principio: una actitud pueril provista de egoísmo en grado sumo. Claro, ser pueril no significa nada en sí mismo, el problema comienza cuando eso se transforma en el modelo de las relaciones humanas, sustentadas en el ideal de la supremacía blanca. Uno creería que a estas alturas en Estados Unidos el racismo, por ejemplo, es un asunto del pasado debido a los grandes avances en derechos civiles y humanos. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, el mundo despertó a una realidad que se creyó superada, tal como ocurre en el cuento de Augusto Monterroso: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.

Santiago Silva llega a Estados Unidos sin saber a lo que se enfrentará y de cómo la humanidad en varios núcleos sociales del sur está completamente atrasada en muchos aspectos de la concordia y del trato interracial. Raúl Carrillo nos narra con una fluidez extraordinaria, a veces como crónica, a veces como diario y a veces una gran novela que alcanza los niveles de Henry Miller en sus Trópicos. No tengo ninguna duda que Tenesí Ríver debió ser publicada en una editorial de mayor alcance y de mayor tiraje, pues su calidad y su voz se sostienen de principio a fin. Lleno de la euforia literaria, de los trucos de la ironía y el sarcasmo, Raúl nos ofrece un personaje de proporciones épicas, cuya principal heroicidad es resistir los embates de una cultura que lo menosprecia por su tono de voz. Santiago Silva es del tipo europeo, blanco, ojo azul, cuestión que lo salva de muchas agresiones, pero que cuando habla los problemas se suscitan sin pudor alguno. Santiago observa que el criollo blanco en México se asume como el amo y desprecia lo moreno, lo indígena y se siente a salvo, sin embargo en estados Unidos, el blanco mexicano es discriminado más allá de su piel.

Así, el mundo de los gringos no es el mundo de los demás, es su mundo. Fuera de ellos todo es extraterrestre, extraño, monstruoso, deforme, ajeno. Por eso sus películas, por eso sus noticias, por eso su política tienen ese constructo: todo va en función de sus miedos, de sus fobias a ser invadidos y que les arrebaten a la fuerza lo que ellos han arrebatado de igual modo. Tenesí Ríver es el viaje interior de un mexicano a una tierra que está escondida en sí misma pero que ante el mundo se presenta como el rostro del progreso y el modelo a seguir. Un relato poderoso que seguimos línea a línea sin soltarlo, pues de muchas maneras podemos sentirnos identificados con él, una novela que nos deja reflexivos y al mismo tiempo conmocionados por lo miserable que puede ser la condición humana en muchos rincones del mundo, en especial Estados Unidos, los adalides de la democracia, la igualdad y los derechos. Una novela para leerla una y otra vez.

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* Raúl Carrillo Arciniega, Tenesí Ríver, México, Gobierno de Baja California Sur, ISC-SC, 2016, 219 páginas.

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Ramón Cuéllar Márquez

Nació en La Paz, en 1966. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Actualmente se desempeña como productor y guionista en Radio UABCS, donde dirige el programa “Letras Vivas, la voz de los escritores sudcalifornianos”. Ha publicado los libros de poesía: “La prohibición del santo”, “Los cadáveres siguen allí”, “Observaciones y apuntes para desnudar la materia” y “Los poemas son para jugar”; las novelas “Volverá el silencio”, “Los cuerpos” e “Indagación a los cocodrilos”; de cuentos “Los círculos”; y de ensayos: “De varia estirpe”.

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