Crítica: Okja

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FOTOS: Internet.

Kinetoscopio

Por Marco A. Hernández Maciel

Calificación: ***** Entretiene

 

 La Paz, Baja California Sur (BCS). Fue en el pasado Festival de Cannes —celebrado en mayo—, el festival más popular, glamoroso y trascendente de cine en el mundo, donde por fin éste fue alcanzado por la tecnología del streaming. Y es que Netflix, en sus conocidos arranques de valentía y con la misma osadía que ha producido series icónicas de nuestros tiempos como House of Cards y Orange Is The New Black, se aventó la puntada de inscribir una de sus producciones originales en competencia. Claro, nos referimos a Okja, que cuenta la historia de una cerda modificada genéticamente que fue criada 10 años por una granjera surcoreana y que ahora, víctima del capitalismo, se la quieren quitar porque es parte de los activos de la trasnacional Mirando.

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¿Y porqué la polémica? Porque Okja no fue hecha para una sala de cine, sino para un aparato de televisión. Y al parecer nadie nunca había cuestionado esa obviedad de la forma en que Netlix lo hizo, y si bien el debate entre si la película tiene derecho o no a participar en festivales de cine puede parecer absurdo, es un tema que aún tiene mucha tela de donde cortar, a pesar de que Christopher Nolan ya lo dijo hace poco: “Lo que ha definido a una película es que se vea en un cine”, punto.

Pero esto no quiere decir que Netflix haya perdido, al contrario; logró elevar el hype de una producción con buenas intenciones pero resultado mediocre a hervideros de hashtags en Twitter consiguiendo que prácticamente todo aquel con una subscripción sintiéramos la curiosidad por ver el porqué de tanto alboroto, que al final fue solamente eso, un alboroto que elevó demasiado las expectativas de una película que no lo vale tanto.

Así, a un clic de distancia, tenemos en nuestro catálogo una historia con un tono muy extraño, que no se define entre ser una comedia, un thriller, una cinta de acción, de protesta, un drama corporativo o una fábula infantil. Si bien, el director Bong Joon-Ho quizo demostrar una versatilidad en el manejo de cada situación, lo logró a medias, pues no se siente como un producto sólido sino como una mezcla de géneros bastante pesada y artificial. Muy diferente de su producción anterior, Snowpiercer (2013), donde Chris “Capitán América” Evans tiene que derrocar al gobierno del tren en que el está condenado a vivir eternamente, en una cinta tan ágil como claustrofóbica que nos muestra las capacidades del director surcoreano.

Volviendo a Okja, el gran problema de la película se basa en esa artificialidad que no permite ser tomada en serio, porque sus personajes parecen salidos de animes japoneses que llevados a la acción real no provocan nada más que cejas levantadas y muecas que tratan de ocultar la pena ajena. Sí, tenemos a un Jake Gyllenhaal irreconocible y que actúa muy bien, si esta fuera una adaptación de un live-action de Dragon Ball donde perfectamente encajaría este extraño personaje mezcla de el tristemente fallecido cazador de cocodrilos y el maestro Roshi. Y que decir de Tilda Swinton, que su sola presencia es imponente pero cada vez que avanza la película, se debilita con cada diálogo y acción ridícula que su personaje lleva a cabo.

A pesar de todo, se agradece la propuesta de Netflix de ofrecer productos que difícilmente veríamos siguiendo los mismos esquemas de Hollywood, porque a final de cuentas, Okja es una obra que arriesga aunque no sale bien librada, y en esta época donde los remakes y las adaptaciones son la norma, ver una historia fresca es emocionante aunque al final el resultado haya sido un tanto decepcionante.

 

La calificación de Kinetoscopio:

5 Estrellas: Clásico imperdible

4 Estrellas: Bien actuada, escrita y dirigida

3 Estrellas: Entretiene

2 Estrellas: Sólo si no tienes otra opción

1 Estrellas: Exige tu reembolso

0 Estrellas: No debería existir

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Marco A. Hernández Maciel

Nació en La Paz a inicio de los 80’s. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Tec de Monterrey. En 2006 dirigió el corto “Maldito Murphy” con la beca “Jóvenes Creadores”. Ha sido docente en la UABCS, Universidad de Tijuana y Universidad Mundial en guionismo y producción audiovisual. No puede evitar decir “I’m Batman” con voz rasposa, balbucear diálogos de “Volver al Futuro”, elogiar a Hitchcock o llorar al ver “Toy Story 3”.

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