20 años de ‘OK Computer’. Cuando Radiohead puso melodía a la depresión

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Thom Yorke, líder y cantante de Radiohead. Fotos: Internet.

La Paz, Baja California Sur (BCS). El 21 de mayo de 1997 fue lanzado OK Computer, el tercer álbum de Radiohead. Para entonces, quien esto escribe, ni cuándo oírlo. Para mí, ellos sólo habían sido “la banda británica que cantaba Creep“. ¡Pfff, qué vergüenza! Seguramente escuché aisladamente alguna que otra canción de este álbum —que desde la portada, me parecía bastante fea, y con un título incomprensible— pero nunca me llamó la atención ni fui un seguidor entusiasta. Aquí escribo un poco de la historia de cómo llegó a mí y se convirtió para siempre en parte del soundtrack de mi vida, y con ello no sólo rindo un sencillo homenaje, sino que puedo hermanarme con quienes encuentren en esta música una píldora de placer… o de acompañamiento para la depresión.

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Yo había llegado a La Paz hacía diez años, en 2007, solo, con sólo 200 pesos que mi padre me dio para venir a buscar trabajo, luego de varios meses sin uno estable. Mi amigo Erik me prestó su vivienda en una zona al sur de esta ciudad, bastante retirado de la mancha urbana. Por ese periodo de tiempo trabajé en un restaurante, y por las mañanas dejaba solicitudes en todos lados; no me llamaban de ningún lado y yo tenía que lavar platos; así que llegaba agotado, de madrugada, a una casa semivacía y frecuentemente con unas cervezas, lo que constituía mi única compañía. Semanas pasaron en la misma situación, y junto a la grabadora de mi amigo encontré algunos CDs de Lucho Dalla, Joaquín Sabina, y el OK Computer de Radiohead, que pude escuchar de cabo a rabo, con un poco de escepticismo y un creciente deleite.

No soy un erudito en música, pero sí un apasionado del rock. Y sabía que dicho álbum estaba considerado entre los mejores en cualquier listado de la historia del rock. Sin embargo, con Thom Yorke y compañía me pasó lo que con Julio Cortázar: en los primeros acercamientos —más por una cuestión de que ‘había’ que conocerlos como un referente, que por auténticas ganas— no me impresionaron, no me convencían, incluso, me parecían sobrevalorados. Su material era poco entendido por mí y no lograban conectarme. Y al tiempo, tanto el escritor como los músicos, habrían de formar parte indisoluble mí. Y no me tuve que obligar a nada, llegaron en el tiempo adecuado, y tocaron las fibras más íntimas cuando se necesitó. Me parece un cliché bastante petulante decir que ciertos autores o bandas “no son para cualquiera”; creo que a veces, con algunos, se da un clic emocional/espiritual en ciertos momentos y es todo, pero cuando sí, su permanencia puede ser para siempre.

Radiohead, para mí, es un estado de ánimo, y en particular su OK Computer. Y por cierto, deprimente. No es la idea promover u orgullecerse de ciertos trastornos emocionales —otro cliché petulante el de aquellos que presumen sus enfermedades—, pero para nadie es un secreto que la banda británica posee esa peculiaridad. Su música no es, ciertamente, optimista. Sería un poco loco decir que este álbum está lleno de ‘baladas’; si bien, hay un par de momentos muy rítmicos, el álbum es predominantemente deprimente, nostálgico, denso y oscuro. Seamos francos: quienes lo han oído y no les gusta lo tildan de aburrido.

¿Qué tiene de especial este disco valorado mundialmente como uno de los mejores de la historia? Olviden que dije que la portada era fea y el título poco entendible. Cuando te conviertes en un apasionado y le navegas un poco en Internet, comprendes mejor las cosas: te apropias de la obra de arte. El diseño de portada e interiores buscaba reflejar la alineación en la tecnología, con un toque futurista de deshumanización. Y el ‘OK Computer’ —declaró Thom Yorke—, fue el grito que lanzó un chico japonés en una tienda de discos, y sonaba como una “aterradora frase”. Se sabe también que el álbum fue grabado en una zona rural en Inglaterra, lejos de los estudios de las grandes ciudades, producido por ellos mismos, lo que le dio no sólo el toque indie sino quizá el ambiente místico idóneo, para finalmente crear el disco que los catapultó a la fama mundial, y que les ha valido el reconocimiento como los genios de la música que son.

Los ‘cabezas de radio’ pueden hacer tranquilamente lo que quieran: el álbum de casi una hora de duración obtuvo discos de platino en Estados Unidos e Inglaterra, y es considerado de los mejores de la historia, comparado con los trabajos de The Beatles. Probablemente, junto con el Nevermind de Nirvana, OK Computer sea una de las obras maestras monumentales del rock de las últimas décadas. Pero todo esto es ‘apenas’ el producto y sus resultados. ¿Qué hay de sus canciones? ¿Porqué ha logrado conmover a millones de personas en el planeta, incluyendo a los de habla no inglesa, que quizá a veces no podemos analizar sesudamente las letras, pero el conjunto de su obra nos sedujo?

No es éste un minucioso de análisis, y ya que confesé no ser un erudito —éstas líneas son más producto del gusto y el amor que del conocimiento—, he de decir que Radiohead me conquistó hace diez años en esa etapa de desempleo, desamor y soledad. Así, en resumidas cuentas. Creep ya no es, de hecho, para su servidor, ni la mayor referencia ni su mejor canción. La primera que me embrujó de este álbum fue No Surprises; luego repetía y repetía en la grabadora, boquiabierto, ¡lo que se habían logrado estos virtuosos en Paranoide Androide!; y después —y hasta la fecha—, escribo una historia de ficción donde Let Down formaría parte si algún día llegara a trasladarse a un guión de televisión o cine; y ¿qué decir de Airbag que arranca el disco con una rabiosa guitarra para hablarnos de que una bolsa de aire nos salvó de morir aplastado en un accidente de auto?

Y esta producción me llevó a oírlos disco por disco, ignorando la fama de ciertos sencillos, para redescubrir sus primeros trabajos y encontrar una constante exploración en los posteriores —como suele pasar en la relectura de libros chingonsísimos. Por cierto, he leído recientemente que In Rainbows, otro disco excelente, pudo haberse gestado con el disco del que hablamos, es decir, pudo haber sido originalmente un álbum doble, pero hubieron de esperarse diez años para lanzarlo. No suena tan descabellado. De cualquier modo, el disco referido que cumplirá 20 años este 21 de mayo, fecha oficial de su lanzamiento, es una verdadera joya de la música contemporánea. Radiohead logró lo que sólo los grandes artistas pueden: dar voz —y ritmo— al sentir de una generación; OK Computer le puso melodía a la depresión y a la preocupación por el lado oscuro de la tecnología.

 

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Escritor y periodista. Nació en Ciudad Constitución, BCS, el 26 de febrero de 1978. Licenciado en Cs. de la Comunicación, por la UABC, en Mexicali, BC, en 2002. Autor de “Prólogos a la muerte”, Premio Estatal de Cuento “Ciudad de La Paz” en 2013, y de “Caperucita Roja, muy roja”, Estatal de Dramaturgia en 2015. Fue reportero web y editor de medios digitales. Es director y fundador de CULCO BCS.

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